El guardavidas fue condenado por los jueces Alexis Simaz, Néstor Conti y Roberto Falcone, quienes consideraron la figura del femicidio. Además, opinaron que no actuó bajo emoción violenta sino que el hecho fue pergeñado.
El Tribunal Oral Nº 2 condenó a Ariel Ito (49) a la pena de prisión perpetua por el crimen de su ex mujer, la triatleta Mariana Horowitz (41), cometido el 28 de mayo de 2014 en una casa del barrio Alfar.
Los jueces Alexis Simaz, Néstor Conti y Roberto Falcone consideraron la figura del femicidio, y opinaron que el guardavidas no actuó bajo emoción violenta, como había planteado su abogado Carlos Mira. Por el contrario, se inclinaron por determinar, en base a las pruebas, que el hecho fue “cuidadosamente” pergeñado.
La sentencia, redactada por el juez Falcone y apoyada por sus pares Simaz y Conti, le dio la razón fiscal Alejandro Pellegrinelli, quien en la etapa de alegatos había solicitado que Ito fuera condenado a prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por el vínculo, por femicidio y por el empleo de arma de fuego”.
Para los magistrados no existieron “eximentes de la responsabilidad penal” de Ito, ya que durante el proceso no surgieron evidencias que así lo demostrasen. Por ejemplo, de los dictámenes psicológico-psiquiátricos “no se detectan trastornos orgánico-cerebrales, síntomas de psicosis, síndrome demencial, alienación mental, encuadrándose la inteligencia de Ito dentro de la normalidad”.
En cuanto al vínculo, quedó plenamente probado mediante el certificado de matrimonio. “También el femicidio surge palmariamente acreditado a partir de los actos de violencia previos que provocara Ito a Horowitz, algunos de los cuales fueron reconocidos por el propio imputado”, agregaron los jueces en la sentencia.
Una vez que escucharon el veredicto, los familiares de Horowitz, que fueron defendidos por el abogado Jorge Luquet, se mostraron conformes con los fundamentos de los magistrados. Vale destacar que, durante el proceso, Ito declaró y reconoció la autoría del crimen, por lo que esa cuestión no fue discutida en el debate oral.
El viaje debió suspenderse
El 28 de febrero, en la comisaría primera de Gesell, Horowitz denunció el hostigamiento y las amenazas concretas. “Tené cuidado que te voy a matar, no te mato para que el nene no quede solo”, fue una de las frases denunciadas.
Toda esa situación había obligado a Horowitz a pedir ayuda profesional desde diciembre pero el 7 de mayo, tres semanas antes de ser asesinada, la sesión fue premonitoria. Allí dijo que Ito la había sujetado del cuello violentamente, y que ejercía violencia psicológica a través del hijo que tenían en común, como no entregarlo en los tiempos acordados antes de iniciar la visita.
Pero lo que llevó a Ito a matar a Horowitz fueron, según el fiscal, dos hechos puntuales. La demanda promovida por la mujer por la tenencia del niño en la que argumenta que “…los celos invadieron la relación al punto de que al demandado le molestaba mi desempeño deportivo y mi vida social…”.
Ito fue notificado el 9 de abril de la decisión del juez de paz de otorgarle a Horowitz la tenencia provisoria del niño de 5 años. El segundo suceso desencadenante de la conducta homicida de Ito fue un viaje a Chile en el que Horowitz tenía pensado, justamente, reponer la bicicleta que él mismo le había destruido.
El caso
El crimen de la triatleta fue un caso que conmocionó a la ciudad. La historia de Ito y Horowitz se había iniciado en el mundo del deporte. De allí surgió el amor que hizo que decidieran vivir en pareja durante varios años en la casa de Santa María del Oro al 4900 del barrio Alfar. De esa relación nació en 2009 un niño. Meses después, el 22 de abril de 2010, la pareja formalizó el vínculo al contraer matrimonio. Sin embargo Ito era un hombre violento y celoso, como la mala relación con su ex esposa (con quien había tenido una hija) lo demostraba. Esas desavenencias conyugales también corrompieron su matrimonio con Horowitz y llevaron a la disolución de la pareja en diciembre de 2013. La mujer decidió regresar a Villa Gesell, de donde era oriunda. Y, naturalmente, se llevó a su hijo.
El 28 de febrero de 2014, en la comisaría primera de Gesell, Horowitz denunció el hostigamiento y las amenazas concretas. Tiempo después, viajó a Chile junto a distintos compañeros deportistas.
El 28 de mayo, martes, Horowitz -que horas antes había llegado del vecino país- se dirigió desde Gesell a Mar del Plata para buscar a su hijo en horas del mediodía. Sin embargo, Ito tenía ya otro plan.
A las 11 llevó al pequeño a lo de una tía y le pidió que lo cuidara. Extrañamente, le dejó dos bolsas con ropa y tres mochilas.
Horowitz llegó a la casa del barrio Alfar en la camioneta y la estacionó frente a la casa de la calle Santa María de Oro. No quería perder mucho tiempo. Apenas levantar a su hijo y regresar a Gesell. Pero Ito le habría planteado que volvieran a intentarlo, acaso como última alternativa para desactivar el plan que evidentemente tenía montado. Pero Horowitz se negó.
A las 12.10, Horowitz salió corriendo de la casa perseguida por Ito. Gritaba: “¡No me hagas daño”. La palabra “daño” la repitieron los tres testigos. Y “me mata, me mata”, también. Luego, recibió tres disparos y murió.
El asesino corrió hasta su casa y salió en una camioneta marca Renault Master por Santa María de Oro en dirección a Mario Bravo y se perdió de la vista de los testigos.
Ito se dirigió hasta la casa de un primo hermano, a quien le pidió ayuda porque se había “mandado una cagada”. Sin demasiadas preguntas, su pariente lo llevó a cambiar dinero a una financiera de Independencia y Luro.
Luego, en Luro y República del Líbano, se separaron.
Ito tomó un remís que lo llevó a Balcarce. Y de allí escapó con un rumbo que se desconoció hasta la semana siguiente cuando fue detenido en un hotel de Purmamarca, en Jujuy.